¿EN CUÁL NOMBRE DEBERÍAMOS BAUTIZARNOS?

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¿Existirán muchos tipos de bautismos válidos? ¿En cuál nombre se debería bautizar en agua? ¿Por qué los discípulos no usaron Mateo 28:19?

El debate ha sido traído a la palestra pública, y no se detendrá, por lo menos, por ahora. Algunos ven amenezada su posición como líderes por la creciente preocupación de creyentes que han sido alcanzados
con la información de la Sagrada Escritura en relación al verdadero bautismo practicado por los discípulos de Jesús del primer siglo.

Ahora bien, quizás Ud. sea uno de aquellos que han aceptado el reto de agarrar "al toro por los cuernos", hasta llegar a la verdad plena.

El mundo cristiano está hoy dividido acerca de muchos temas sociales, como el aborto, el movimiento
LGTBI+, la eutanasia, la ordenación de la mujer al ministerio, etc., pero de igual manera en aspectos fundamentales de las enseñanzas de la Biblia, como lo es el caso del Dios que dicen creer y adorar. Siendo así
el panorama, no debería sorprendernos encontrar varias posturas y opiniones divergentes acerca del bautismo que deberían practicar los creyentes.

Actualmente, hallamos las siguientes dos posiciones generales en relación al bautismo en agua en el Movimiento Adventista actual:

① Los que aceptan a Mateo 28:19 como un pasaje genuino por completo. Son pensadores que pueden ser
clasificados en tres categorias diferentes:
Adventistas trinitarios que encuentran en Mateo 28:19 su principal herramienta para mantener su doctrina triuna, a pesar de que conocen su procedencia católica, pero tratan de alejarse, y en vez de la palabra Trinidad, usan en cambio el termino "Deidad", como si fueran palabras sinónimas, lo cual no lo es. Sin embargo, su menú o contenido sigue siendo igual, aunque el concepto teológico haya sido adornado argumentando que no es lo
mismo la trinidad católica que la posición adventista moderna adoptada oficialmente en su Congreso Mundial de 1980, en Dallas, Texas.

Adventistas históricos no trinitarios que sostienen que Mateo 28:19 es genuino del todo, y rechazan la evidencia abrumadora de los evangelios y los Hechos, así como de evidencias históricas, en relación a la
clara contradicción que presenta dicho pasaje con el resto de escrituras del Nuevo Testamento.


Entre algunos de estos pensadores adventistas históricos existen grupos que guardan las fiestas judías,
y enfatizan su teología en el sentido de que Dios no mata (por ejemplo, Maranatha Media); otros hablan de
un supuesto "bautismo en la familia real", para salvar la cita de Mateo 28:19 (aún estos adventistas rechazar el dogma de la trinidad) pero, infeliz y lastimosamente, este tipo de "bautismo en la familia real" es una copia de la creencia sostenida por uno de los grupos que se desprendieron de los seguidores de Herbert W. Amstrong (1892- 1986), quienes predican el "bautismo en la familia celestial", usando a Mateo 28:19. Este grupo afirma que Dios no es un simple Ser personal, sino que es "una FAMILIA." (Ver la sección: "Muchos Problemas Inherentes", en el libro: La Trinidad, ¿Es Dios tres-en-uno? por David C. Pack, quien es el editor en Jefe de La Plena Verdad, el orador de El Mundo por Venir, y el presidente mundial de la Iglesia de Dios Restaurada. (Ver https://rcg.org/es/dcp-bio-es) Este grupo establece que "Dios se está reproduciendo a sí mismo, expandiendo Su Familia con muchos hijos. Esos hijos (e hijas) - cristianos- son engendrados por el Espíritu Santo de Dios, que les imparte el poder para desarrollar el carácter divino. Finalmente, al Retorno de Cristo, serán cambiados de mortales a inmortales, de físicos a espirituales, del género humano al género de Dios (1° Corintios 15)." Es la misma creencia que tienen los Mormones, siendo también la misma teología de la Nueva Era e ideas esotéricas.

(Nota: Aclaramos que no estamos diciendo que los grupos adventistas crean exactamente lo mismo narrado hasta aquí, pero su "bautismo en la familia real" es una copia del "bautismo en la familia celestial", y no debe mal entenderse con una declaración hecha por Elena G. de White al decir que somos ingresados a la familia real. La Biblia nunca usa ese lenguaje de un "bautismo real", o "bautismo celestial". La Biblia habla simplemente del bautismo en agua, del bautismo [copa] del sufrimiento, y del bautismo en fuego y Espíritu.)

Adventistas históricos no trinitarios que rechazan las fiestas judías y la teoría de Dios no mata, pero creen que Mateo 28:19 es un pasaje no tocado por la mano del hombre porque Elena G. White y los pioneros emplearon ese pasaje.

Estos pensadores, aunque están correctos en las doctrinas históricas adventistas y poseen un alto aprecio a los pioneros y a la profetisa, todavía se refieren a un supuesto "bautismo del carácter". Sin embargo, la Biblia tampoco se refiere a este tipo de bautismo.

La justicia por la cual somos justificados ante Dios (Romanos 5:1), se la conoce como imputada (un término teológico usado frecuentemente). Es la justicia que arropa a todo pecador que se arrepiente. Allí está incluido también el ladrón en la cruz (Lucas 23:42-43).

Ahora bien, la justicia con la cual somos santificados (Romanos 8:1), que vendría siendo el "bautismo del carácter", no se recibe en un acto, sino que es obra de toda una vida. Por tanto, ningún creyente o cristiano
es bautizado así de simple en un instante para recibir un carácter idóneo para el cielo. No. Esa justicia es un proceso y no es la obra de un acto. Por tanto, cuando el creyente es bautizasado en agua, que es a lo que se
estaría refiriendo Mateo 28:19 (supuestamente en esta interpretación), no tiene nada que ver con el desarrollo del carácter. Allí se refire a sellar con Dios y con Cristo una vida pasada a una vida nueva (2ª Corintios 5: 17). De ahí en adelante se inicia una batalla entre la carne y el Espíritu (Gálatas 5:16- 18). Y ahí es donde se dearrolla
el carácter idóneo para el cielo. Sería un bautismo constante, y se mantiene mientras dure nuestro tiempo de gracia; y no un acto, como es el bautismo en agua del que nos habla Mateo 28:19. El ladrón en la cruz no
pasó por ese proceso porque murió y no desarrolló ese carácter, pero si no hubiera muerto, también hubiera vivido esa experiencia. Allí es donde entra el pasaje de Filipenses 1:6. "Estando persuadido de esto, que
el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo". (Filipenses 1:6.)


Adventistas históriricos no trinitarios que rechazamos las fiestas judías, la teoría de Dios no mata, el poner fechas, y creemos firmemente que Mateo 28:19 es un pasaje que, en la parte final, no refleja la intención original manifestada por el Hijo de Dios en los evangelios en donde se refiere a la gran comisión, y en el resto de epístolas que hablan del bautismo "en el nombre de Jesucristo".

Ahora bien, ¿cómo se comprueba que Cristo dijo “en mi Nombre” y no lo que aparece en Mateo 28:19?
Veamos las siguientes analogías:

MATEO 28:19. “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.”

MARCOS 16:15-17. “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que
creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán
a los que creen: En mi Nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas.”

LUCAS 24:47. “Y que se predicase en su Nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas
las naciones, comenzando desde Jerusalén.”

Como hemos visto, se trata de la misma orden, por las siguientes semejanzas:
1.- Las tres referencias se encuentran en el capítulo final de cada libro.
2.- En las tres está la orden de ir a todas las naciones.
3.- Las tres hacen referencia al bautismo, al arrepentimiento y el perdón de pecados.
4.- Las tres mencionan un Nombre.

Sin embargo, la diferencia radica en el NOMBRE:

MATEO 28:19. “En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.”

Observemos la DIFERENCIA:

MARCOS 16: 15-17. “En su Nombre” (Jesucristo).

LUCAS 24: 47. “En el Nombre” (de Jesucristo).

Marcos y Lucas son “dos” testigos contra “uno” en cuanto a lo que dice el informe de Mateo 28:19.

Ahora bien, Dios estableció en el Antiguo Testamento que dos o tres testigos son indispensables
para validar una controversia:

“Un solo testigo no será suficiente contra ningún delito o pecado cometido. Sólo por el dicho de
dos o tres testigos se decidirá la causa.” –DEUTERONOMIO 19:15; NRV.

Cristo presentó dos testigos para autenticar sus palabras: Él y su Padre:

“En vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos hombres es válido. Yo Soy el que doy testimonio
de mí mismo, y el que me envió, el Padre da testimonio de mí. Y si yo juzgo, mi juicio es válido, porque no soy solo, sino yo y el Padre que me envió.” –JUAN 8:18; NRV.

¿EN CUÁL NOMBRE DEBERÍAMOS BAUTIZARNOS?

En Pentecostés, del año 31 d.C., el día en que la Iglesia del Nuevo Testamento fue implementada, el apóstol
Pedro dio un poderoso discurso a muchos oyentes. Su mensaje fue tan convincente que 3,000 personas fueron bautizadas. Antes de ser bautizados, muchos le preguntaron:


“Varones hermanos, ¿qué haremos?” (Hechos 2:37)

La respuesta de Pedro fue,

“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:37.)


¡Este versículo es el claro mandamiento de Dios para ser bautizado!

Este mandamiento no solamente está en su Biblia, sino que la Biblia también dice que el arrepentimiento
debe preceder al bautismo o la persona no recibirá el don del Espíritu Santo. Pero, también dice en cuál NOMBRE debemos ser bautizados.

La mayoría cree que no hay requisitos — ni condiciones— para ser salvo. Pero, el versículo anterior prueba que hay, por lo menos, una condición que debe preceder al bautismo, ¡el arrepentimiento!

ARREPENTIMIENTO Y CREER.


La palabra arrepentirse significa cambiar, ¡dejar de pecar! Pero, ¿qué es el pecado?

La Biblia responde,


“Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley” (1ª
Juan 3:4).

Aunque muchos han oído acerca del pecado, casi nadie sabe lo que éste es, ni cuál es su definición.

No debe haber malentendidos respecto a lo que significa. El mandamiento de “creer el evangelio” significa
creer las buenas nuevas del venidero reino de Dios. La palabra evangelio proviene del latín, evangelium, y que a su vez se origina del vocablo griego evangelion que significa BUENAS NUEVAS.

MARCOS 1:14-15. “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.”

HECHOS 2:38. “Pedro les dijo: “Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.

Las dos condiciones para la salvación descritas en Marcos 1:14-15, son las mismas que están en Hechos 2:38, ¡arrepentíos y creed!


El Espíritu de Dios no puede ser dado a no ser que haya una absoluta creencia (fe) en el sacrificio, la muerte,
sepultura y resurrección de Jesucristo.

El bautismo representa (simboliza) una fe (creencia) completa en que el sacrificio de Cristo se aplica a cada persona que practica esta fe.


Cuando Felipe el diácono estaba aconsejando al eunuco etíope para el bautismo, el eunuco le preguntó: “¿Qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo…". (Hechos 8: 36-37).


En el versículo 38, Felipe bautizó al eunuco. Dios ha prometido que donde hay arrepentimiento y fe (creencia), Él dará su Espíritu Santo. Cuando Dios promete, Él mantiene su palabra. Él no transige ni olvida. Él deja claro que hay condiciones para recibir el don de su Espíritu Santo. ¡Por lo tanto, el bautismo en el agua, simbolizando
arrepentimiento y creencia, es una condición ordenada para recibir la salvación!

¿Cuál fue el ejemplo de Cristo con respecto al bautismo?


Puesto que Él no tenía pecados de qué arrepentirse, ciertamente no necesitaba ser bautizado.

Pedro fue inspirado a registrar: “Cristo… dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (2ª Pedro 2:21)

Notemos el relato de Mateo en cuanto al ejemplo de Cristo. Cristo vino a Juan el Bautista “para ser bautizado
por él” (Mateo 3:13).

El versículo 16 declara: “Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua”. El resto de este versículo
registra a Cristo recibiendo el Espíritu Santo, el cual descendía sobre Él como una paloma. Mientras esto ocurría, una voz del cielo dijo que Dios se “complacía” con su “amado Hijo”.

EN SU NOMBRE.

Bautizando por la autoridad de Cristo, en Su nombre. ¿Qué significa ser bautizado “en el nombre de
Jesucristo”?

La Biblia dice que Jesucristo bautizó a más personas que Juan el Bautista.

¿Estaba Ud. consciente de esto? ¿Estaba Ud. consciente también de que la Biblia dice que Cristo no bautizó
a nadie?

¿Cómo pueden ser verdaderas ambas declaraciones?

En realidad, veremos que Cristo tuvo a sus discípulos bautizando a muchas personas.

Note en Juan 3:22,

“Después de esto, vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea, y estuvo allí con ellos, y bautizaba”.

Este versículo dice claramente que Cristo bautizaba.

Note más adelante en Juan 4:1,

“Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos
que Juan, (aunque el mismo Jesús no bautizaba, sino sus discípulos)”.

Esta es una escritura importante. ¿Por qué? ¿Cómo puede ser que Cristo bautizó a muchos, cuando Él en
realidad no bautizó a nadie?

Simplemente por esto: Cristo les autorizó a sus discípulos bautizar en su lugar, en su nombre, y Dios le confirió Su autoridad a su Hijo en la tierra y en el Cielo (Mateo 28:18), y Cristo se la confió a sus discípulos.

Fue como si Él mismo hubiera realizado el bautismo, porque sus discípulos lo estaban haciendo en Su nombre.
Ellos lo hicieron por Él, en el sentido que lo hicieron por su autoridad, y eso era considerado como si Él mismo lo hubiera hecho.

Cristo le dice a los Cristianos,

“Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré” (Juan 14:13),

y…

“Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (vs. 14).

Los cristianos reciben respuestas a sus oraciones como resultado directo de orar en el nombre de Cristo.

Juan 16:23-24 lo hace más claro,

“En aquel día no me preguntaréis nada…todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre”.

El punto es que el Padre responde las oraciones si nosotros venimos a Él por la autoridad de Cristo, ¡en Su nombre!

Cristo le ha delegado a los cristianos “poder notarial” para actuar en su lugar, o por Él, en las oraciones.

En esta forma, a los cristianos les es autorizado por Cristo realizar numerosas tareas en Su nombre. El bautismo es una clara ordeñanza.

Hemos establecido que Pedro ordenó el arrepentimiento, seguido por el bautismo.

Ahora note Hechos 17:30,

“Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”.

Dios ordena el arrepentimiento, y el arrepentimiento precede al bautismo.

Por lo tanto, se podría decir con igual certeza,

“Dios ordena que todos los hombres sean bautizados” o “que se arrepientan y sean bautizados”. Cristo les ordenó directamente a sus discípulos que bautizaran a las personas a fin que éstas pudieran ser salvas.

Él ciertamente ató, o conectó, el bautismo directamente con la salvación.

Hechos 2:41 dice,

“Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados."

Hechos 8:5, 12 dice,

“Entonces Felipe descendiendo a… Samaria…Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio
del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban”.

Ahora bien, existen aquellos que dirán que éste simplemente fue “bautismo por el Espíritu Santo”.

Los versículos 15-16 hacen que esa explicación sea imposible porque Pedro y Juan, “…habiendo venido, oraron
por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo: porque (éste) aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús”.

Si el bautismo de estos conversos fue simplemente un bautismo “por el Espíritu de Dios,” entonces, ¿cómo
pueden las escrituras decir que estas personas habían sido “bautizadas,” cuando el Espíritu de Dios todavía “no
había descendido sobre ninguno de ellos”?

Eso no tiene sentido, a no ser que el bautismo y el recibir el Espíritu Santo sean dos eventos completamente
separados, ¡tal como lo afirmó Hechos 2:38!

Cuando el italiano gentil, Cornelio, y su familia fueron bautizados, en Hechos 10:44, 47-48, una declaración muy directa es mencionada acerca de la necesidad de ser bautizado apropiadamente. Pedro fue usado por Dios para darles el primer discurso a los judíos discutiendo el bautismo (Hechos 2).

Diez años después, en el 41 d.C., Él también usó a Pedro para que fuera el primer apóstol en predicarles el evangelio a los gentiles.

Pablo fue elegido después para ser el apóstol a los Gentiles.

La devota familia de Cornelio recibió “el don del Espíritu Santo” (10:45); en esta SINGULAR circunstancia, ahora que ellos habían recibido el Espíritu Santo antes del bautismo, la respuesta inmediata de Pedro fue,

“¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados?… Y les ordenó que se bautizaran en el nombre del Señor”. ¡Sin lugar a dudas este es un mandamiento para ser bautizado en agua!

La gran comisión de Cristo incluía el bautismo.

Notemos el relato del evangelio en Marcos acerca de la Gran Comisión que Cristo le dio a sus discípulos,

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado,
será salvo ; mas el que no creyere, será condenado”. (Marcos 16:15-16.)

¡El creer sin bautismo no es suficiente para ser salvo!

Mateo 28:19-20 también registra la misma instrucción de Cristo, pero añade algunos puntos y excluye otros que Marcos registró.

Mateo registra,

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones…”

Esto tuvo que incluir el enseñar el evangelio porque Marcos lo mencionó.

Este versículo continua,

“…bautizándolos en el nombre…; enseñandoles que guarden todas las cosas que os he mandado”.

Es importante notar que esta escritura explica que el bautismo es hecho “en el nombre…”

La palabra o preposición “en” debiera ser apropiadamente traducida “dentro de”.

Mientras que Hechos 2:38 dice que seamos bautizados “en el nombre de Jesucristo”, el relato de Mateo
usa una frase más larga que no aparece en ninguna otra parte del Nuevo Testamento.

¿Se contradicen las Escrituras con ellas mismas?

Juan 10:35 dice que “la Escritura no puede ser quebrantada”.

La Biblia nunca se contradice a sí misma; si se contradijera, la Biblia no valdría. Bautizar en el nombre de Jesús habla acerca de la autoridad para bautizar en el lugar de Cristo, o se tiene la autoridad para bautizar, o no se tiene.

Pero, hay algunos que especulan y formulan ahora la teoría de que Mateo 28:19 y la mención de bautizar en el
nombre de una fórmula trinitaria, quiere decir: “dentro del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”, y que así sería completamente diferente”.

Lo primero que diremos a esos postulantes, es que toda enseñanza bíblica necesita, para ser aceptada o ser creíble, por lo menos, tener dos testigos.

JUAN 8:16-18. “Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre. Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.”
2° CORINTIOS 13:1. “Esta es la tercera vez que voy a vosotros. Por boca de dos o de tres testigos se decidirá todo asunto.”

La pregunta es: ¿Dónde están esos dos testigos que avalen esa doctrina?

En Segundo lugar, ¿en dónde encontramos que los discípulos predicaran y practicaran dicha doctrina, un bautismo dentro del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo o, un bautismo dentro de la familia real o, divina?

Ellos hablan de un bautismo dentro de la familia real, o dentro de la familia divina, y también sostienen que Dios está reproduciéndose cada vez que alguien se bautiza dentro de la familia divina.

¿No es esto la misma teoría conocida como “Nueva Era”, o los creadores de Dioses, sostenida por otros (como
los Mormones)?

Lo que sí se conoce es que dos evangelios nos hablan de que la gran comisión fue hecha en “mi nombre", según Marcos 16:15-17, o, en “su nombre”, de acuerdo a Lucas 24:46-48.

Veamos,

"Y les dijo: 'Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que cree y es bautizado será salvo; pero el que no cree será condenado'… En mi nombre echarán fuera demonios…" -Marco 16:15-17.

"Y les dijo: 'Así está escrito, y así fue necesario que el Mesías padeciese y resucitase de los muertos al tercer día; y que en su nombre se predicase el arrepentimiento y la remisión de peturas cados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas'" -Lucas 24:46-48.

También sabemos que los discípulos siempre bautizaron a los nuevos creyentes “en el nombre de Jesucristo”, y que nunca usaron el agregado con las palabras “del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

Esas expresiones serían un agregado litúrgico de final del siglo primero o segundo, y que se hicieron populares durante los siglos tercero, cuarto y quinto.

El Testimonio de Los Apóstoles.

El testimonio del libro de los hechos es contundente cuando nos indica en qué nombre los apóstoles bautizaron.

Existen por lo menos 15 citas bíblicas que dan evidencias de que ellos bautizaron en el nombre de Jesús.

Veamos algunas,

"Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo, para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" -Hechos 2:36-38.

"Porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús" -Hechos 8:16.

"Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jetestigos sús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días" -Hechos. 10:44-48.

"Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesucristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban" -Hechos 19:1- 6.

"Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre" -Hechos 22:16.

Como podemos ver, el libro de los Hechos no menciona por ninguna parte la frase trinitaria.

¿Querrá decir esto que los apóstoles desobedecieron al mandato de Cristo?

Si fue así, entonces todo sería una falsedad, pues si los primeros apóstoles fueron falsos, entonces, ¡cuánto más lo que les prosiguieron!

¡De ninguna manera! Los primeros cristianos no traicionaron el mandato del bautismo, sino que hicieron tal cual Jesús les ordenó!

¿Y que ordenó el Salvador? La respuesta es sencilla. Jesús ordenó que en su nombre se predicara el evangelio; por ende, el bautismo para el perdón de los pecados (Lucas 24:46-48).

Nuevamente vemos que en el pasaje de Mateo 28:19 existen contradicciones que no concuerdan con el resto de las Escrituras.

El Testimonio de Pablo.

Otro pasaje importantísimo que cabe señalar a la hora de comparar la frase trinitaria con el resto de las Escrituras, es el libro de Romanos, en donde el Apóstol nos señala lo siguiente,

"¿Ignoráis que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte?" -Romanos 6:3.

Note que el pasaje nos está diciendo que todos fuimos bautizados en Jesucristo, no en "el Padre ni en el Espíritu Santo", esto es porque fue Cristo quien murió por nuestros pecados, el Padre no murió ni puede morir, pues Él es Inmortal (1ªTimoteo 1:17; 6:16); el Espíritu Santo tampoco puede morir, pues el Espíritu Santo procede del Padre, es decir, le pertenece a Dios Padre, de ahí la expresión "el Espíritu Santo de Dios", en Efesios 4:30.

Así que no se refiere a una persona independiente de Dios, sino que es Él mismo, así como el espíritu de Timoteo se alude a Timoteo mismo (2° Timoteo 4:22).

Además, el "Espíritu de Dios" es el poder de Dios (Lucas 1:34, 35; Hechos 1:8), es su omnipresencia en todo el
universo (Salmo 139:7, 8; Jeremías 23:23, 24).

Si el Espíritu Santo muriera, Dios el Padre tampoco existiría, ya que el Espíritu Santo es su poder.

Ahora bien, ¿por qué señalamos todo esto?

Pues, sencillamente, porque el pasaje de Romanos 6:3 dice algo muy importante, dice que hemos sido bautizados en su muerte; es decir, en la muerte de Jesús.

Si el Padre no murió ni el Espíritu Santo tampoco, entonces, ¿por qué hemos de bautizarnos en el nombre del Padre y del Espíritu Santo, cuando el único que murió y resucito fue Jesús?

Evidentemente aquí, en Mateo 28:19, hay algo extraño que no concuerda con la doctrina presentada por los cristianos del siglo primero.

BAUTIZANDO COMO INDICA LA ESCRITURA.

¿Cuál es la forma correcta de bautizar? ¿Será por rocío, derramamiento o inmersión?

Las personas no solamente deben obedecer el mandamiento de Dios de ser bautizadas, sino que el bautismo debe ser llevado a cabo en la manera, con el método, que Dios ordena. De otra forma, el bautismo es inválido;
es entonces como si nunca hubiera ocurrido.

Debemos preguntarnos, ¿qué significa la palabra bautismo? ¿Significa rociar? ¿Significa derramar?

La respuesta está en el significado de la palabra griega en particular que se usa dondequiera que se encuentran las palabras bautismo o bautizar en el Nuevo Testamento.

Primero, es vital reconocer que bautizar es en realidad una palabra griega. ¡No es una palabra en español!

El lector posiblemente esté consciente de que el Nuevo Testamento fue escrito en griego y traducido al español. La palabra bautizar representa una desviación del patrón de los traductores; cuando los traductores
llegaron a la palabra baptizo, ellos decidieron no traducirla dejándola como “bautismo”.

La pregunta de cuál es el método apropiado se hubiera eliminado si ellos la hubieran traducido a su verdadero significado: ¡sumergir, meter en, o poner adentro de!; la palabra se deriva de la palabra griega cheo, y “rociar” se deriva de rantidzo.

¡Dios escogió la palabra baptizo porque Él no quería que rociar o derramar representaran el símbolo apropiado de la conversión!

¡Dios escogió la palabra baptizo porque Él no quería que rociar o derramar representaran el símbolo apropiado de la conversión!

Tampoco es de extrañar que cuando Felipe estaba bautizando al eunuco etíope dice: “Y descendieron… al agua…y le bautizó. Cuando subieron del agua…” (Hechos 8:38-39).

Este versículo no encaja con usar simplemente un poquito de agua para rociar o derramar sobre la cabeza de una persona.

Finalmente, no es difícil ver por qué Mateo 3:16 registra que después que Cristo fue bautizado Él “subió luego del agua”.

Ninguno de estos versículos es consistente con rociar o derramar.

El claro patrón de la Biblia es que el bautismo requiere mucha agua, porque las personas se meten dentro del agua y después salen de ella.

¿Qué representa el bautismo?

Hay una razón muy importante por la cual Dios no acepta el rociar o derramar agua para bautizar.

Aunque debería ser suficiente que Él nos ordene algo hoy para que lo obedezcamos sin cuestionar, puede ser importante entender por qué Dios dice que hagamos algo a su manera. Esto se aplica al bautismo.

El Bautismo simboliza la muerte, la sepultura y la resurrección del creyente. "¿Ignoráis que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte?" -Romanos 6:3.

Este es exactamente el patrón de la crucifixión, sepultura y resurrección de Cristo de la tumba. Ni el rocío ni el derramamiento reflejan este simbolismo.

Consideremos a Romanos 6:3-5: “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con Él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección”.

Los verdaderos cristianos van a ser resucitados en el momento del regreso de Cristo a la tierra. Jamás demore el bautismo.

El Nuevo Testamento tiene varios relatos que muestran que nosotros no debemos demorar el bautismo una vez que está claro que el creyente se ha arrepentido y está preparado.

Cuando Pablo (entonces llamado Saulo) había de ser bautizado, Dios inspiró a Ananías para ir a realizarlo.

La reacción de Ananías, inmediatamente al ver a Pablo (Hechos 22:16) fue: “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre”. Pablo jamás olvidó esto.

Note, cuando él bautizó al carcelero filipense con su familia, fue un poco después de la medianoche, y no obstante Pablo le bautizó “en esa misma hora de la noche”, sin siquiera esperar a que llegara el día siguiente
(Hechos 16:32-33).

Recordemos que el eunuco etíope fue bautizado inmediatamente después de que Felipe le enseñara (Hechos 8). Es importante notar que algunas veces no es posible que un bautismo sea ejecutado tan pronto, como sería lo mejor o lo ideal.

Cuando Pedro dio su discurso en Hechos 2, todos los apóstoles originales estaban presentes con él y pudieron asistirlo inmediatamente en 3,000 bautismos (Hechos 2:39-41).

Ahora bien,

▪ ¿Cuándo está preparada una persona para el bautismo?

▪ ¿En qué punto debe decidir una persona ir adelante con el bautismo?

▪ ¿Cuándo está él o ella listo para este paso?

▪ ¿Cómo y por quién es determinado?

Respondamos estas interrogantes.

No antes de los 12 años, pues en esta etapa fue cuando Cristo discutió con los maestros de la Ley en el
Templo y, además, porque a esa edad un niño ya tiene razón y conocimiento de lo que es violar la Ley de Dios, y puede expresar sus deseos y convicciones personales.

Si Ud. se arrepiente de sus pecados y cree, Ud. cumple con lo que indica la Biblia. Debe ser bautizado por un ministro, o persona ordenada según los principios bíblicos.


1° CORINTIOS 12:28. “Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero
maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.”
EFESIOS 4:7-16. “Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres. Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”

De modo que, no todos en la iglesia realizan todas las cosas. La Iglesia de Dios tiene un orden establecido por el cielo.

Los ancianos, diáconos y pastores que habían sido nombrados por el concenso de los dirigentes de la iglesia primitiva realizaban ciertos ritos, como el bautismo, y no porque se autonombraran, según Hechos 6:1-8; 2:5-8, 29-40.

Así que,
Si Ud. fue bautizado siendo un infante, por tanto, no era consciente de una decisión personal, sin saber lo que es pecado;
O, fue bautizado creyendo una doctrina incorrecta, como que Dios sea “Tres-En-Uno” (Trinidad, Triteismo); o Jesús solo (la idea de que solo hay una persona en la divinidad haciendo tres roles o funciones); o creyendo un Unitarismo radical, el cual niega la pre-existencia de Cristo en el cielo; o en un Binitarismo (la creencia en dos Dioses y dos Espíritu Santo);
O, si nunca ha sido bautizado por hundimiento en el agua, como aprendimos lo que muestra la Sagrada Escritura,

Entonces, Ud. necesita ser bautizado "en el nombre de Jesucristo" (Hechos 2: 38) por una persona calificada
bíblicamente.

Cuando nos referimos a una persona "calificada bíblicamente" no estamos aludiendo al dogmatismo del sistema religioso de las universidades y seminarios de las élites religiosas, las del pasado y las del presente; tampoco a los grupos, iglesias y ministerios con su conservadurismo obsoleto y disecado.

Nos referimos al "vino nuevo" (Lucas 5:3) en donde la Palabra de Dios se conserva en la sencillez y humildad de una vida puesta en las manos de Dios, en donde Cristo es "la esperanza de gloria" en sus vidas (Colosenses 1:27).

¡Decídase hoy!

¡Bendiciones! ⌂

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